Los marineros, hipnotizados por las voces melódicas y el irresistible encanto de las sirenas, dirigían sus barcos hacia ellas, sin hacer caso de las advertencias ni de la razón. Cuando estuvieran lo suficientemente cerca, las sirenas revelarían sus verdaderas formas monstruosas, destrozando a los indefensos marineros y hundiendo sus barcos.
Estos cuentos míticos sirvieron como advertencias para los marineros, recordándoles los peligros que podrían aguardar y la importancia de mantener la disciplina y la concentración durante sus viajes. Las sirenas representaban los atractivos y distracciones que podían hacer que incluso el marinero más experimentado se perdiera y cayera víctima de la tentación y el peligro.