- Mayor energía y locuacidad.
- Sensación de euforia y bienestar.
- Mayor percepción sensorial
- Mayor sociabilidad y empatía.
- Pupilas dilatadas
- Rechinar los dientes o apretar la mandíbula.
- Náuseas o vómitos
- Aumento de la sudoración
- Visión borrosa
- Aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
- Ansiedad o paranoia
- Confusión o desorientación
- Deshidratación
-calambres musculares
- Alteraciones del sueño
- Pérdida de apetito
- Mayor comportamiento de toma de riesgos.
- Alucinaciones (raras)
Es importante acercarse a un ser querido sospechoso de consumir éxtasis con preocupación y compasión, ofrecerle apoyo y animarlo a buscar ayuda profesional si es necesario.