San Antonio de Padua es venerado como el santo patrón de las cosas perdidas y comúnmente se lo representa con el simbólico Niño Jesús en sus brazos, mientras sostiene un lirio (símbolo de pureza y castidad) en una mano y un libro de los Evangelios en la otra. . La representación de San Antonio sosteniendo al Niño Jesús sirve como recordatorio de la estrecha conexión personal del santo con Jesús y el gozo espiritual que experimentó a través de su fe.
Los católicos suelen invocar a San Antonio para recuperar objetos perdidos o extraviados. El acto de llevar o llevar un colgante de San Antonio se considera una expresión de devoción al santo y sirve como recordatorio de su intercesión y asistencia en estos asuntos. Las personas que rezan a San Antonio pidiendo la devolución de objetos perdidos o la resolución de situaciones difíciles a menudo atribuyen su recuperación o resolución exitosa a su intervención.
En resumen, el colgante de San Antonio tiene un gran significado espiritual para los católicos y sirve como una representación simbólica de la fe en la capacidad de San Antonio para interceder y ayudar en tiempos de necesidad, particularmente en la recuperación de objetos perdidos.