Hay tantos debates sobre la felicidad que podrían hacer que te preguntes si existe en el mundo real, especialmente ahora que tantas entidades ingresaron al signo de Escorpio. Para comenzar nuestra búsqueda, obviamente debemos aceptar el hecho de que las cosas viejas y obsoletas tienen que terminar, para que puedan comenzar experiencias nuevas y refrescantes. Nuestro mayor problema en el proceso de alcanzar la realización personal parece esconderse en nuestra incapacidad para dejarlo ir y permitir que el pasado se quede donde debe quedarse:en el pasado.
Firma Planetaria
La Luna representa nuestra Alma y la forma en que nos tratamos a nosotros mismos todos los días. Es el punto de todos los hábitos que recopilamos en nuestra familia primigenia, y de todas esas frágiles emociones que llevamos en nuestro código de ADN. La Luna es el tesoro de los reflejos, las relaciones y la sensibilidad que una vez pudimos abrazar, representando el potencial que creamos para ser verdaderamente felices. Cuando la Luna en el horóscopo de uno es débil, podemos esperar que la persona tenga problemas para aceptar sus propios sentimientos, le resulte imposible lidiar con ellos y no los vea como un signo de fortaleza en lugar de debilidad. Solo cuando nos conectamos con el ritmo y la profundidad de importancia que realmente tiene nuestro corazón, podemos convertirnos en receptores de cosas buenas que enriquecen nuestras vidas.
Podemos hablar sobre la felicidad o el estado general de satisfacción, pero no importa la terminología, siempre hay un conjunto similar de influencias planetarias que hacen que nuestra alma sea joven, que nuestras vidas sean hermosas y que nuestros rostros fruncidos se conviertan en una sonrisa. Es la danza de la Luna, Venus y Júpiter alrededor del Sol. Cada uno de estos cuerpos celestes aporta su propio conjunto de valores a nuestra felicidad interior.
Venus tiene sus dos caras, una que viene hacia nosotros desde el signo de Tauro, y la otra desde el signo de Libra. Para encontrar el equilibrio, debe fluir desde las formas de expresión y relación con otras personas, hasta la satisfacción personal en un plano físico y viceversa. El papel de Venus es darnos un toque de belleza e inspiración, mostrarnos dónde se esconde el amor en el planeta Tierra y enseñarnos sobre la gratitud que debemos sentir por cada comida, emoción y toque que compartimos con otro ser humano.
Júpiter a menudo se lo describe como el señor de todas las distancias, pero es el objetivo al que apuntamos, y nada menos. Si imagina un objetivo en su mente, lo alcanzará solo si está seguro de que lo hará y, en términos prácticos, esto es pura creencia. Sin este estado interno de verdad, nada resulta estar en sintonía con las expectativas y los deseos que tiene una persona. Este es el planeta de la esperanza, el planeta del mañana, y trae el cielo en todas sus formas directamente a nuestras vidas.
El Sol es el gobernante creativo en todos nosotros, el rey de la selva y el rey del zodíaco. Su papel es más importante de lo que a menudo nos damos cuenta, ya que su gravedad no se puede comparar con la de ningún planeta. De pie como el centro de orden que nos da vida, dándonos vida con la luz misma, no hay otra entidad en todo nuestro sistema que haga que nuestra fuerza actúe en sincronía con nuestro carácter primordial. El Sol es la más grande de todas las deidades y nos permite conectarnos con el poder supremo que llevamos a través de la existencia y la composición energética de la que estamos hechos.
El Amor del Loto
Podemos ver que Venus está exaltado en el signo de Piscis, tradicionalmente regido por Júpiter. A continuación, Júpiter se exalta en Cáncer, regido por la Luna. Esta trinidad termina como un potente “círculo” cuando la Luna se exalta en el primer signo regido por Venus:Tauro. Esta es la base principal de cada composición de Lotus en la carta de uno que habla de la belleza que evocamos en nuestra vida cotidiana y todas esas creencias que nos llevan hacia el amor, la alegría y la realización.
Loto es una alineación de entidades, dos de las cuales forman un trígono, mientras que la tercera se encuentra en el medio, en sextil con cada una de las dos. Notaremos que las personas cuyos planetas se combinan en un Loto en su carta natal tienen talento para evocar la felicidad, generalmente con una gran sonrisa en la cara como recordatorio. Incluso cuando el resto de su horóscopo se presenta como un desafío o sus dignidades planetarias son débiles de alguna manera, esta composición les da la capacidad de encontrar la belleza en el mundo y tener fe en que el futuro solo los hará más felices. Al final, este enfoque de la vida los lleva por el camino de vivir sus futuros más potentes.
Creación
Aunque la alegría atraída demuestra estar ahí para cada ajuste de Loto sin importar los signos o planetas involucrados, es el primero, la combinación de Piscis, Tauro y Cáncer, el que nos muestra el camino para alcanzar el punto de absoluta felicidad. La clave parece estar en la conexión emocional, principalmente con nuestra familia y nuestras raíces, hasta llegar a la conectividad como forma de expresión en el mundo exterior. Piscis hablará de los hilos que nos acercan al cielo, de todos los ideales que se pueden alcanzar, mientras resolvemos nuestros espasmos emocionales y cualquier inquietud en nuestro corazón. Tauro da fundamento a todo lo que fluye dentro de nosotros mientras sentimos el mundo abiertamente y sin miedo.
El Sol rige el tercer centro de energía, que se encuentra entre el chakra sacro y el del corazón, como si estuviera entre Venus y la Luna. A medida que nuestras emociones se equilibran, le damos a nuestro Sol la oportunidad de brillar en lugar de dar su energía en formas de resolver problemas emocionales en estos dos reinos. La satisfacción material y el placer que obtenemos de la vida debe estar en sintonía con la necesidad de nuestra Alma y la gratitud que sentimos por la vida que nos fue dada. Al final, esto es realmente lo único que importa, porque el sentido de la gratitud absoluta tiene el poder de curar cualquier problema con el que podamos tropezar, haciéndonos más gentiles que gentiles y abiertos a recibir todo el amor que nuestro mundo tiene para ofrecer.