Una meditación sobre los tránsitos de hoy…
* El hexagrama 59 del I Ching a veces se denomina "Dispersión" y representa el viento que sopla sobre la superficie del agua, dispersándola y evaporándola.
* El hexagrama 59 puede señalar un momento en el que las personas están perdiendo la concentración y potencialmente perdiendo la coordinación o la motivación... su fuerza vital se está dispersando en todas las direcciones.
* El hexagrama 59 también cuenta la historia de un Rey que reconoce el momento en que las energías de su pueblo se están dispersando e inmediatamente cruza las grandes aguas (hace un viaje difícil) hacia su ancestral templo para pedir ayuda a la deidad. Naturalmente, la gente lo sigue, y la peregrinación al templo se convierte en un ritual de reunión que vuelve a reunir a todos.
* Imagina que hay una situación en la que te preocupa que el enfoque de alguien no sea el que debería ser. Todos hacemos esto todo el tiempo. Hacemos esto porque nos importa y notamos cuando alguien comienza a desviarse del camino. El hexagrama 59 nos dice que la mejor manera de recuperar a esa persona es reconocer que nuestro propio enfoque se ha desviado al prestarle tanta atención. Es justo en este momento que se nos indica que regresemos a nuestros propios botes y comencemos a remar ferozmente nuevamente hacia la orilla opuesta. El hexagrama 59 nos dice que la falta de enfoque que percibimos en los demás también nos abrumará, por lo que es mejor que reconozcamos lo que está sucediendo y regresemos a nuestro centro.
El hexagrama 59 también sugiere que si nuestro enfoque se ha visto arrastrado hacia la gravedad de la situación de otra persona, no es simplemente una cuestión de "dejarlo ir", sino que debemos vadear un gran río, y hacer una ofrenda o sacrificio. Tenemos que pellizcarnos, incitarnos y clavar nuestros remos un poco más profundo. ¡No podemos simplemente perdernos en la "mierda" de otra persona porque no los ayuda ni nos ayuda a nosotros!
* El hexagrama 59 dice que es este nivel exacto de enfoque, este espíritu entusiasta y la re-dedicación de nuestro propósito espiritual lo que llamará a las energías dispersas para que nos sigan de regreso a casa... al templo. de nuestros ancestros, al lugar de la fuerza que da todo poder a todos los Reyes y Reinas. Regresar a nuestro centro es siempre un acto de liderazgo que al mismo tiempo carece de todo deseo de ser seguido.
* La segunda línea del hexagrama 59 dice:“Al disolverse, sube corriendo las escaleras hacia lo que lo sostiene”.
* La segunda línea trata sobre la necesidad de ver venir la dispersión antes de que tome el control. ¿Quién es en nosotros que se distrae al notar las fallas, el dolor y la falta de enfoque en los demás? Tan pronto como nos hagamos esta pregunta con sinceridad, escucharemos la voz del poder superior que nos llama y subiremos corriendo las escaleras hacia su asiento sagrado.
* En otras palabras, no tenemos que remar, fortalecernos y cruzar a la otra orilla cada vez que perdemos la concentración... si podemos aprender a reconocer al que pierde el enfoque de inmediato todo se vuelve más fácil.
* Cuando la segunda línea del hexagrama 59 cambia, se convierte en el hexagrama 20, llamado “Contemplación”. Ahora el viento se mueve sobre la tierra, en lugar del agua.
* En el hexagrama 20 la gente mira hacia el sumo sacerdote o sacerdotisa, al adivino, al yo superior, a las voces angelicales, a Dios, y ofrecen concentración de un orden superior. La sacerdotisa se encuentra en lo alto de una torre alta mirando hacia arriba, y todos debajo de ella miran hacia arriba por turno. En esta espera y observación el corazón recibirá sus próximas instrucciones.
* Los hexagramas 59 a 20 muestran nuestro regreso a la contemplación de lo divino como algo que no solo dispersa los problemas y los juicios sino que también enfoca y coordina todas nuestras acciones.
* Hoy la Luna refleja la separación de Mercurio y Saturno y la unión de Saturno y Urano. En las semillas de la revolución podemos encontrar espacio para juzgar rápidamente el pasado. La emoción de la revolución puede convertirse fácilmente en la nueva voz de la justicia propia. Juzgamos con lo que luchamos hace solo unos días, y después de la alegría, la euforia y la novedad viene la tentación de comenzar a perder nuestro enfoque en las fallas de los demás o en las preocupaciones del nuevo mundo en el que nos encontramos. Podemos comenzar un patrón de tener que caer de rodillas en el altar cada dos domingos, o podemos establecer el patrón mucho más saludable de reconocer al que sigue mirando hacia atrás:“Hola. Veo que miras hacia atrás otra vez. Vamos. ¡Sigamos adelante!”
Oración:Aquí está mi corazón Señor, tómalo y séllalo, séllalo para tus atrios arriba.