La luna creciente está en Escorpio hoy.
Esta mañana pasé un rato meditando en la gran cruz mutable y me vino a la mente una imagen que terminé explorando en profundidad.
La imagen que me vino a la mente era un sedimento en el fondo de un frasco. Esta imagen me llevó a un pasaje famoso en el libro del Antiguo Testamento de Jeremías, donde uno de los reinos descendientes de Sodoma y Gomorra, Moab, se compara con el vino dejado en sus heces desde la juventud. El escritor dice que “Reposo ha estado Moab desde la juventud, como el vino que se deja reposar, no echado de una tinaja en otra, no ha ido al destierro. Así que ella sabe como lo hizo, y su aroma no ha cambiado”.
Luego el escritor profetiza que Moab será derramado y que vienen los vertedores de vino.
Este pasaje va directo al corazón de la mutabilidad. Los signos mutables se encuentran entre los signos fijos y los cardinales. Se definen tanto por la presencia de fijeza como por la presencia de cardinalidad. Los signos mutables como indicadores de eventos temporales incluyen tanto la monotonía o la estabilidad de varios elementos en nuestras vidas, como eventos catárticos o fundamentales que sirven para catalizar los finales de esas cosas, así como nuevos comienzos.
Volviendo a la imaginería del vino, podríamos decir que ahora mismo somos como las vasijas de vino que reposan sobre sus posos desde la juventud (o desde hace mucho tiempo). Sin embargo, ha llegado un momento en que los acontecimientos conspiran para sacudirnos y verternos de un frasco a otro. Esto cambiará nuestro sabor y aroma, lo que puede complicar y profundizar nuestra naturaleza esencial, pero como implica el pasaje, también puede involucrar el dolor del exilio y la pérdida o el conflicto interno de ser sacudido o purgado.
Es interesante que la imagen de un reino descansando sobre sus heces desde la juventud (su aroma/sabor sin cambios) es a la vez positiva y potencialmente negativa. Es tanto una imagen de la pureza o consistencia de algo como de su ingenuidad y la corrupción potencial que yace en su base. Tal vez no sea sorprendente que un profeta judío pensara en el exilio como algo parecido a mantener el vino fresco y diverso vertiéndolo de una jarra a otra, pero en un sentido más amplio y no histórico, la metáfora sigue siendo muy útil.
En conclusión, la imagen de un sedimento en reposo prolongado que se levanta y el líquido de un frasco se vierte en otro, me viene a la mente en este momento. Creo que es seguro decir que la gran cruz mutable apunta a una época de diversificación y complejidad así como de exilio, conflicto y oposición. Para mí, estas simples meditaciones de imágenes y textos sagrados son mi forma de participar en el proceso en lugar de simplemente reaccionar o sentirme amenazado por él.
Oración:Permítenos ver a los ángeles, vertiendo suavemente de un frasco a otro.