Algunas personas intentan mantenerse alejadas del caos, mientras que a otras les encanta provocarlo. Algunas personas provocan el caos para sentirse vivas, y es algo que las hace felices. Para ellos, provocar el caos, presenciarlo en acción es emocionante. Tal vez aman el caos porque es emocionante apostar por lo mal que podrían salir las cosas. No quieren enfrentarse a la realidad, por lo que prefieren vivir en una situación caótica. Les encanta el drama y el caos es parte de su personalidad.
Según la astrología, hay algunos signos del zodiaco que no solo son caóticos sino que viven para ellos. Lea a continuación para descubrir qué signos del zodiaco aman el caos y son caóticos por naturaleza.
Leo :
Los Leo son impulsivos y siempre hacen lo que quieren. Prefieren hacer las cosas a su manera sin pensar mucho en las consecuencias. Son testarudos y ególatras y deben salirse con la suya. Los Leo no consideran varias cosas antes de actuar, lo que luego provoca caos y confusión. Y no les importa, ya que causan el caos por la emoción de todo.
Géminis:
Los Géminis tienen la costumbre de hacer cosas para ver qué pasaría si lo hicieran. No les preocupa cómo resulta, solo cuántos problemas y locura pueden causar en este momento. El caos los hace sentir vivos. Géminis piensa que causar caos es vivir el momento, por lo tanto, no les importa el caos que causan, ya que esa es su forma de no lidiar con la realidad.
Virgo:
Virgo odia el caos, pero eso no les impide crear uno. Los virgos creen que tienen razón pase lo que pase y se ofenden con cualquiera que no esté de acuerdo con ellos y para demostrar que tienen razón, crearán toda una ficción de mentiras para ponerte de su lado.
Tauro:
El caos es parte de su rutina diaria. Les encanta la fiesta y ser parte del caos. El caos representa la falta de control, las circunstancias incontrolables y los resultados salvajes e imprevistos:esto es lo que hace flotar su barco.
Acuario:
Cuando los Acuarianos se sienten aburridos, prefieren causar revuelo por la emoción. Aman el caos ya que eso los hace sentir vivos. Ellos son los que gritan "¡fuego!" en un teatro lleno de gente, para ver qué sucederá después.