- Intercambio de materiales:Los capilares tienen paredes muy finas y porosas, lo que permite el intercambio de materiales entre la sangre y los tejidos circundantes. El oxígeno, los nutrientes, las hormonas y otras sustancias esenciales salen de los capilares hacia los tejidos, mientras que los productos de desecho como el dióxido de carbono, la urea y el ácido láctico pasan de los tejidos a los capilares. Este intercambio de materiales es crucial para mantener la salud de los tejidos y la función corporal general.
- Filtración y absorción:las paredes capilares actúan como una membrana semipermeable, permitiendo el paso del agua y de moléculas pequeñas (como glucosa, aminoácidos e iones), mientras retienen moléculas más grandes, como proteínas, dentro de los vasos sanguíneos. La filtración ocurre cuando la presión hidrostática fuerza al líquido a salir de los capilares hacia los espacios intersticiales de los tejidos. Posteriormente, los vasos linfáticos absorben el líquido filtrado y lo devuelven al torrente sanguíneo. Este proceso ayuda a mantener el equilibrio de líquidos y la hidratación de los tejidos.
- Regulación del flujo sanguíneo:Los capilares son vitales para regular el flujo sanguíneo a los diferentes tejidos y órganos. Ajustan activamente su diámetro (vasoconstricción y vasodilatación) en respuesta a diversos factores, como cambios en la actividad metabólica local, los niveles de oxígeno en los tejidos y la actividad del sistema nervioso autónomo. Esta regulación del flujo sanguíneo asegura que los tejidos reciban un suministro adecuado de oxígeno y nutrientes en función de sus necesidades.
- Mecanismos de defensa:Los capilares participan en las respuestas inmunes al permitir que los glóbulos blancos, como los neutrófilos y los linfocitos, migren de la sangre a los tejidos circundantes. Estas células desempeñan funciones esenciales en la defensa contra infecciones y procesos inflamatorios.
- Hemostasia y coagulación:Los capilares desempeñan un papel en los mecanismos naturales del cuerpo para detener el sangrado cuando están dañados. Presentan vasoconstricción para reducir el flujo sanguíneo y las plaquetas se acumulan en el lugar de la lesión. Además, las proteínas plasmáticas de la sangre intervienen en cascada en una serie de reacciones de coagulación, lo que da como resultado la formación de un coágulo de sangre que sella el capilar dañado y promueve la curación.
En general, los capilares son estructuras intrincadas del sistema circulatorio que facilitan la entrega de nutrientes, la eliminación de desechos, el tráfico de células inmunitarias, la regulación del equilibrio de líquidos y los mecanismos de defensa.