En la antigüedad, los astrónomos y astrólogos utilizaban las posiciones de los objetos celestes para marcar fechas y eventos importantes. Observaron que el equinoccio de primavera ocurría cuando el sol estaba en el fondo de la constelación de Aries. Esta observación les llevó a asociar el inicio del zodíaco con Aries.
Con el tiempo, esta convención se fue estableciendo y Aries quedó como el primer signo del zodíaco. Esta ubicación no tiene correlación directa con ningún rasgo de personalidad o característica asociada con las personas nacidas bajo el signo de Aries. Es puramente una cuestión de observación astronómica y convención histórica.