Durante la dinastía Shang, la gente usaba huesos de oráculo para predecir el futuro, tomar decisiones importantes y comunicarse con lo divino. Los huesos de oráculo eran huesos de animales o caparazones de tortuga que tenían inscritas preguntas o inquietudes. Luego, estos huesos se calentaron hasta que se agrietaron, y los adivinos interpretaron las grietas resultantes como respuestas a las preguntas. Esta forma de adivinación era una parte importante de la vida religiosa y política Shang.